APUNTES PARA EMPRESAS – OCTUBRE 2022

«No se aprecia el valor del agua hasta que se seca el pozo» (Proverbio inglés)

UNA DE PIRATAS

En las viejas películas de piratas, el más malo siempre tenía un parche en el ojo, fruto seguramente de alguna pelea con sus rivales de turno. Era la solución de la época para solucionar un problema permanente o sin aparente solución. Claro que el problema arrancaba cuando el personaje en cuestión había decidido “ser pirata”, lo que lo exponía a un riesgo de perder algo de su cuerpo (porque también estaban los “pata de palo”). El gobierno tomó múltiples decisiones equivocadas de política económica en estos tres años, sobre todo en lo relacionado con el déficit fiscal y el nivel de reservas del Banco Central. Paralelismo con la decisión previa, y equivocada, de ser pirata. Hoy recogemos los frutos de las malas decisiones. Y entonces, en lugar de buscar soluciones de fondo, los mismos actores que dejaron tuerta a la Argentina prefieren adoptar la política del parche en el ojo. Así aparecen los cepos, las restricciones a exportar o importar, los múltiples tipos de dólar, el aumento de impuestos, el cambio permanente de reglas de juego. Parches y patas de palo como política de Estado. Y como estas acciones llevan a que las condiciones económicas y sociales del país empeoren, en lugar de buscar soluciones dolorosas pero definitivas, se elige patear los problemas y “aumentar la dosis” de las mismas políticas: más cepos y restricciones. Lo paradójico es que en esta coyuntura hay bandas de piratas tuertos en la coalición gobernante que son igualmente responsables, pero que se echan la culpa entre ellos. Tratando de ser oficialismo y oposición al mismo tiempo. Todos tratando de no ser vistos como corresponsables del desastre, una especie de gran “yo no fui”. De chicos, ver una de piratas era divertido. Ahora no tanto.

GRAN HERMANO, POR SI FALTABA ALGO

Los condimentos políticos del mes de octubre no tuvieron desperdicio. Sólo enumerarlos dan una idea de dónde estamos: nombramiento de ministros con conflictos de acuerdo del “triple comando”,  ministros actuales que mencionan que se van en breve, cinco actos del 17 de octubre, PASO si o PASO no, desdoblamiento de elecciones en varias provincias, críticas de Facundo Manes hacia Mauricio Macri, Macri tensionando la interna de Juntos por el Cambio y apoyando distintos candidatos a nivel provincial y nacional, el presidente con un “raro” discurso en el coloquio de IDEA y, como si faltara algo, el gobierno ocupado por los dichos de un participante de Gran Hermano. Cerrame la ocho.

EL CLIMA SIGUE COMO PROTAGONISTA

“No se aprecia el valor del agua hasta que se seca el pozo”. Nunca más cierto el dicho. Las lluvias (escasas y selectivas) de estos últimos días, sumado a un pronóstico de más agua para los próximos días, hacen renovar la habitual, y a veces irracional, esperanza en los empresarios del agro. Sin embargo, una parte del daño por la falta de agua y las bajas temperaturas ya está hecho: brutal caída de las toneladas esperadas de trigo a cosechar, escasa superficie sembrada con maíz de primera, poco rebrote de pasturas y verdeos, baja acumulación de agua en los perfiles para la gruesa que viene, poca agua acumulada para las represas que se usan en arroz, entre otras consecuencias visibles. Además del daño económico (y anímico) a los que producen en el campo, ya se visualiza un menor aporte de dólares a ingresar al país en los próximos meses. Lo que invita a fantasear con las medidas aún más restrictivas que tomará el gobierno en un año electoral. Sumado a que una menor producción del campo generará un impacto negativo en la actividad económica y de consumo en muchas zonas del país. Los pronósticos indican que entre enero y marzo de 2023 la tendencia de Niña pasaría a Neutro, generando un alivio para lo que viene. Por eso en general lo que vemos es que, si llueve en estos días lo suficiente como para generar la humedad superficial que permita sembrar, aunque los perfiles de suelo no estén llenos se va a largar fuerte la siembra. El tiempo dirá si fue una decisión acertada.

LOS RUIDOS EN EL TRIGO 

Las estimaciones de cosecha de este año se ubican hoy entre las 14 y 15 millones de toneladas (si empieza a llover). En el año 2021 la producción fue de casi 23 millones de toneladas. Ya empezó el ruido en la cadena, donde aparentemente con esta producción no alcanzaría para cubrir las casi nueve millones de toneladas declaradas por la exportación y por las que se pagaron derechos de exportación, sumado a las necesidades de cereal para el consumo interno. Ya se escuchan y se leen sugerencias y pedidos para incumplir los compromisos y pasar parte de las toneladas declaradas al año próximo. Y también surgen las alertas del mercado interno amenazando con que no se podrá abastecer las necesidades de los consumidores y que además sería un acelerador de la inflación (spoiler: el grano de trigo no representa mucho más del 10% del precio del pan). Por supuesto no se habla de qué pasa si un productor hizo una venta forward superior a los kilos que va a cosechar. Final abierto. Además de lo mencionado en el párrafo anterior, la sequía y las heladas afectarán la calidad del trigo. Es decir, no sólo habrá una baja importante de producción (estimada hoy en el 34,8% interanual), sino que además habrá una caída en la calidad de lo producido, que será variable dependiendo de la zona afectada.

LA MACRO EN LA MICRO

La inflación sigue siendo fogoneada por la emisión de dinero para cubrir los intereses de las Leliq por parte del Banco Central. Y por las negociaciones de paritarias donde ya se considera que el gremio que no logra algo superior al 100% de aumento “se queda corto”. Las demandas de los movimientos sociales y de la CGT por la entrega de bonos de fin de año avanzan, con el ministro de Economía tratando que no se note políticamente el ajuste real del gasto que viene haciendo. Se mantiene el acuerdo con el FMI más allá de las declaraciones rimbombantes del propio gobierno. El Banco Central empieza a perder reservas luego de terminado el dólar soja, con reservas netas inferiores a los 4000 millones de dólares a principios de octubre y con el compromiso con el FMI de terminar el año con 8000 millones. Por eso vemos que las importaciones están virtualmente cerradas, lo que va a impactar en el nivel de actividad futura. Mientras, se siguen entregando distintos dólares a cada sector para tratar de atender, sin reconocer, el atraso del tipo de cambio oficial. En este escenario cuesta ver que la brecha entre los dólares baje del 100%, con un riesgo país en los 2600 puntos. Los tasas de los créditos, en algunas líneas específicas, siguen algo por debajo de la inflación pero manteniendo la discriminación hacia los productores de soja o trigo. Se nota inversión en el agro en algunos sectores, tal como la maquinaria, con mucha demora en la entrega de la misma. La micro agropecuaria afectada en sus expectativas por este entorno, pero con muchos insumos ya comprados, con cierta liquidez en la caja y sabiendo que enfrentan un 2023 donde el afuera no enviará señales positivas, teniendo claro (como siempre) que dependen de su propio esfuerzo y capacidad de adaptación. Los cepos generan faltante de insumos o repuestos y cada vez más se prioriza conseguir lo que se busca y no tanto el precio. Corto plazo y sólo por hoy son las frases del momento.

NEGOCIO AGRÍCOLA

El 100% del foco en las empresas agrícolas está puesto en ver el impacto de la seca y las heladas, su impacto en las estimaciones productivas, el corrimiento de las fechas óptimas de siembra y distintos escenarios de pérdidas económicas y de futuras necesidades financieras si dichas pérdidas se concretan.  Se paralizó por ahora la venta de insumos esperando las señales del clima. Los fungicidas para trigo y cebada no tendrán el volumen de venta esperado. Se comenzaron a devolver bolsas de semillas de maíz. Con respecto a la semilla de girasol, existe una mayor disponibilidad en ciertas zonas, producto de no poder sembrarse en otras. Al no saber el impacto final del daño causado por esta combinación de falta de humedad y bajas temperaturas, los productores comenzaron a desarmar posiciones de futuros sobre cosecha. Hay productos más sencillos para esta tarea (trigo, soja y maíz) y otros más complejos (cebada  y girasol)

Respecto a mercados, EEUU en plena cosecha y con el último informe del USDA mostrando datos distintos a los esperados por el mercado. La guerra de Ucrania y las estimaciones de recesión mundial de los próximos doce meses siguen siendo los condimentos que mantienen la volatilidad del mercado de granos en las cotizaciones internacionales. La pulseada entre los fundamentals y los datos económicos, cada uno con su protagonismo temporal, sigue siendo la protagonista de la evolución de los precios. Localmente, el volumen de ventas producidas durante el dólar soja y el impacto de la sequía hace que muchas veces este mercado se “divorcie” de la evolución del mercado internacional en sus cotizaciones. Ambos fenómenos (nacional e internacional) seguirán sucediendo durante los próximos 30 días y en el plano local se amplificará si la sequía continúa. Un punto nada menor es que las toneladas con coberturas realizadas hasta el momento se amplían al faltar mercadería por merma de producción. Si tenía el 50% de cobertura en trigo de un rinde estimado, y disminuye la cantidad cosechada, el porcentaje de cobertura aumenta. Dependerá a qué precios y cuán flexible sea dicha posición para entender si estamos en problemas y de qué magnitud son.

Ante este escenario las empresas comenzaron a tratar de “flexibilizar” lo más posible sus posiciones de cobertura, pero siempre con la idea de mantener una cobertura alta. 

NEGOCIO GANADERO

El negocio sigue estancado. Los precios de la hacienda en pie son los mismos, o a veces menores, que hace seis meses. A una oferta que ha crecido en volumen se le contrapone una demanda, interna y externa, que va a la baja. La mayor oferta se da por una faena que ha subido debido a que ha crecido la cantidad de cabezas y a un mayor peso de las mismas. Los invernadores (a pasto o a corral), venían demorando la salida de animales esperando una recomposición de precios que no llegó, y ahora eso se vuelca todo junto al mercado generando un exceso de oferta difícil de absorber. Y esto sumado a una mayor salida de hacienda de los campos empujada por la falta de producción de pasto. Mientras eso ocurre, el mercado interno aumenta levemente el consumo pero no su capacidad de aumentar el precio que se paga. Desde abril de este año la carne en mostrador sólo ha subido cerca de un 10%. Falta ver si el troceo en cuartos que reemplaza a la comercialización de media res en noviembre genera algún impacto en el precio o en el abastecimiento  El mercado exportador sufre la caída de demanda de China y los peores valores pagados. Mientras que el precio de la cuota Hilton siguió cayendo por debajo de los 10.000 dólares por tonelada. No son buenas noticias, pero el productor ganadero está acostumbrado a que esta actividad se mueve por ciclos. El mercado tenderá a ajustar sus variables y la ganadería seguirá siendo una actividad relevante para el país. No se espera, ni se pide, ninguna intervención virtuosa del gobierno, pero es clave a largo plazo eliminar todo tipo de intervenciones y limitaciones en el mercado exportador y la eliminación de los derechos de exportación. Y tomar conciencia que la ganadería es una actividad estratégica para el país en muchos sentidos.

NEGOCIO LECHERO 

El precio de la leche de septiembre, reflejado en el Siglea, fue de 55,50 $/litro (771,17 $/kilo de sólido). Esto representa un aumento del 5% en el mes y del 68% en doce meses. Pérdida por goleada respecto a la inflación y la suba de costos de producción. El volumen total volcado al mercado ha crecido en el orden del 0,7% respecto al 2021. Esa mayor oferta ha sido absorbida por una mayor exportación. Tal como pasa con el mercado de la carne, el consumo interno no parece dispuesto a pagar o consumir más, lo que se refleja en una caída en el consumo de leche fluida. El impacto de la inflación sobre los salarios y la capacidad de consumir pega de lleno en el mercado de los alimentos básicos. Mientras, la sequía está afectando la producción pastoril, lo que permite suponer que el pico de producción de primavera será menor al de otros años. El costo de producción, en particular el de los suplementos, se mantiene alto al medir la relación insumo/producto. La combinación de un precio que pierde competitividad en términos reales con costos que aumentan o se mantienen, está erosionando fuerte la rentabilidad. La eficiencia productiva es casi el único anticuerpo que sostiene la competitividad de este negocio, sumado en muchos casos a la certeza empresarial de que este también es un negocio de ciclos y que tiene lógica confiar en que a mediano plazo seguirá siendo sustentable económicamente. Dientes apretados y no bajar los brazos. Fácil de decir, pero sólo los que están en ese “frente de batalla” saben lo que eso significa.