APUNTES PARA EMPRESAS – SEPTIEMBRE 2024

«Si uno quiere despertar confianza, debe ser digno de confianza.» – Stephen Covey

CONFIANZA

Los argentinos somos hábiles para improvisar, creativos para imaginar soluciones, rápidos para adaptarnos y geniales en mostrar talento individual. Esto lo escuchamos a menudo, y parece ser cierto. También parece ser cierto que nos cuesta respetar las reglas, que somos anárquicos, que no jugamos en equipo y que muchas veces creemos que el fin siempre justifica los medios. No hay generalidad que realmente abarque a todos, pero por ahí va la cosa. 

Quizás en esta dualidad está la explicación del país que tenemos. De nuestra desesperada búsqueda de un modelo ideal, utópico, que resuelva todas nuestras carencias. Sabemos que es una fantasía, pero nos gusta tenerla. Y quizás por eso elegimos los liderazgos políticos que elegimos. Deseamos confiar, deseamos creer que “esta vez va a andar”. Casi como esperando el milagro. Depositamos nuestra confianza y allá vamos. Y muchas veces la depositamos en personas que inspiran confianza, pero resultan no ser confiables. Aplica sólo parcialmente la frase de Covey. Líderes que nutren su poder de las grietas, las reales y las otras. Y en ese péndulo nos movemos. Lo increíble, o no tanto, es que, a pesar de tantos años de crisis y decepciones, la Argentina va, el país sigue, genera emprendedores, muestra talentos, tiene empresas que se adaptan e invierten, muchos estudian y se esfuerzan, la esperanza no se pierde del todo. La contracara es la pobreza sostenida de una buena parte de la población, la emigración de jóvenes y la inmensa cantidad de oportunidades que se desperdician. Es la paradoja que muestra que somos muy buenos y muy malos al mismo tiempo. Pareciera que la palabra resiliencia se inventó para Argentina. Siempre nos damos otra oportunidad. Siempre insistimos. Algún día diremos “esta vez va a andar”. ¡Y será cierto! 

Mientras esperamos ese día, cada uno puede intentar inspirar confianza, pero, sobre todo, ser digno de confianza Sin importar el lugar que ocupe o la tarea que le toque. Un buen ejemplo siempre es contagioso.

AGENDA 2030 Y VISEC

Veamos una definición de la Agenda 2030: Transformar Nuestro Mundo es el lema, la nueva agenda internacional que desgrana los objetivos de la comunidad internacional en el periodo 2016-2030 para erradicar la pobreza y favorecer un desarrollo sostenible e igualitario. Imposible no estar de acuerdo con los principios generales definidos por la ONU. Disminuir la pobreza, cuidar el ambiente, generar mayor igualdad. Principios básicos que deberían regir siempre. La discusión no pasa por el qué, sino por el cómo. Las buenas intenciones deben tener su correlato con lo posible.

En línea con esta agenda, la Unión Europea ha impuesto una restricción que empieza a regir en enero de 2025. La misma dice que los países que la integran no podrán importar soja, carne, madera, café, cacao y aceite de palma que provengan de campos que hayan sido desmontados a partir del 31 de diciembre de 2020. Para demostrar esto, se requerirá algún mecanismo que otorgue un “libre de deforestación” a los productos. Muchos países, entre los cuales se encuentran Argentina y Brasil, han hecho reclamos formales y comerciales para que se elimine o prorrogue esta norma, hasta ahora sin resultados. Esta certificación, además de generar una carga burocrática, seguramente redunde en un costo para los exportadores que luego será transferido a los productores. A partir de eso surge la duda sobre cómo actuar. 

Aparecen entonces dos grupos, a los que en forma irónica llamaremos fundamentalistas y colaboracionistas, con el único objetivo de ayudar a distinguir posturas. Los “fundamentalistas” se oponen a alinearse a este pedido. Proponen sostener el reclamo y no hacer nada, esperando que los consumidores europeos sean los que reclamen por la inflación en el costo de los alimentos que los afectará directamente. Aducen que ceder a este reclamo (absurdo para zonas que jamás han tenido árboles) es aceptar que otros países interfieran con nuestras políticas propias. Suponen, con argumentos, que otros países serán los que terminen comprando la mercadería. Que el mercado se ocupará luego de restablecer el equilibrio entre oferta y demanda. Los “colaboracionistas”, si bien se oponen abiertamente a esta restricción y así lo manifiestan públicamente, creen que hay que tener listo un “plan B” por si la norma se mantiene. Manifiestan que nuestro país no puede darse el lujo de restringir envíos a ese continente, que además de ser un importador relevante en cantidades, suele además ser un mercado de buenos precios. Por ello han adherido a la creación de una plataforma denominada VISEC (Visión Sectorial del Gran Chaco Argentino). La misma apunta a generar un instrumento que permita preparar una presentación que luego será avalada por una certificadora que elija el importador. La misma sería de uso opcional y no obligatoria, sólo para aquellos que decidan adherirse. Se espera que los que puedan demostrar su orígen de no deforestación tengan un premio en el precio, como ha sucedido con otras normas (soja EPA por ejemplo). Recomendamos leer la entrevista que le realizó Bichos de Campo a Josefina Vecino Beauge para entender los detalles y las razones de esta postura. https://www.visec.com.ar/2024/06/05/que-era-el-visec/ 

Hasta el momento el único país que rechazó la resolución es China. En su momento Uruguay se presentó ante la UE pidiendo una excepción y ser declarado algo así como “país libre de deforestación”, pero su pedido fue rechazado. Ese país, así como Brasil y los Estados Unidos, sin dejar de reclamar, están preparando sus propias plataformas para una eventual certificación. El partido se está jugando todavía y hoy el mejor escenario podría ser una prórroga de la norma, solicitada no sólo por países exportadores sino también por Francia y Alemania. Las regulaciones y restricciones en aumento parece que serán la moneda corriente a futuro, con premios y castigos incluidos. Habrá que ser ágiles para adaptarse o anticiparse.

LA MACRO EN LA MICRO

El presidente presentó ante el Congreso el proyecto de presupuesto para el año 2025. ¿Realidad o fantasía? Inflación del 18%, crecimiento del 5%, dólar a 1200 $ a diciembre del año que viene (lo que implica devaluación menor al 2% mensual actual). Superávit fiscal primario del 1,3% del PBI y el financiero equilibrado. Si caen los ingresos, caen los gastos es el mantra repetido. Balanza comercial positiva en 20 mil millones de dólares. Presión fiscal que subiría levemente medida en términos de porcentaje del Producto Bruto, con impuestos a la exportación que aportarían el doble que este año. Sin financiamiento de deuda externa y sin emisión monetaria. Si se lograra, sería un cambio impresionante respecto a lo vivido en los últimos años. Entonces… ¿creer o no creer? Quien sabe. Pero por un ratito asumamos que este escenario tiene buenas posibilidades de ocurrir. 

En la micro del agro se vería mucha disponibilidad de crédito a corto y a largo plazo (en pesos y en dólares), aumentarían en dólares los costos en pesos (salarios, servicios), habría pérdida de competitividad por atraso de tipo de cambio en la agricultura, una posible baja de costos para actividades intensivas, una alta exigencia de eficiencia para seguir siendo competitivos y una necesidad de inversiones estratégicas asociadas a reducir costos o mejorar productividad. Si esto ocurriera en un marco de recuperación del precio de los commodities, con un año climáticamente amable, con un aumento del consumo interno y un aumento de las exportaciones, todo sería más sencillo. Difícil pensar que todos esos planetas puedan alinearse para el lado correcto. Hay que prepararse para un año áspero, donde la rentabilidad se definirá más por lo que ocurra tranqueras adentro, con pocos “anabólicos” de la macro que colaboren, pero con un escenario previsible. Es un cambio de paradigma que obligará a ser mejores. Este escenario macro se parecería más al de nuestros países vecinos, pero con el detalle, no menor,  que en nuestro caso hay mayor presión fiscal y, por el momento, brecha cambiaria. Y con una historia política y macroeconómica que suena como música de suspenso de fondo, como un recordatorio mientras se toman las decisiones. Hacia allí vamos.

EN QUÉ ANDAN LAS EMPRESAS AGRÍCOLAS

La preocupación principal del productor hoy es el clima, impactando en distintas zonas en la fina (trigo/cebada) y de cara a la gruesa, que ya comenzó a sembrarse con la humedad justa. Algunas zonas más afectadas que otras, pero en todas existe la preocupación de cómo se va a desenvolver durante lo que resta de la campaña.

Ante los precios actuales de los granos, y el aumento de los costos en dólares, la evolución de los cultivos y el rendimiento, será la variable que puede ayudar a poner las empresas en positivo. La demanda de insumos, como mencionamos en nuestro informe anterior, sigue retrasada. El productor esperará hasta último momento su decisión, esperando una baja de las cotizaciones y sabiendo que no habrá faltantes en la cadena, situación opuesta con respecto al año pasado. La baja del impuesto PAIS básicamente se vio reflejado en el precio de la Urea, sin tener casi impacto en los fertilizantes fosforados por el momento.

El otro interrogante que desvela es si los precios de los granos  encontraron sus pisos o tienen posibilidad de seguir bajando ante la próxima cosecha norteamericana. El Excel está muy cerca de cero, o negativo, en casi todos los cultivos y zonas.Pero por el momento no se observa en el productor la intención de ajustar a la baja la tecnología en los cultivos.

Se espera a nivel país una baja en el área de maíz, habiendo diferencias en los pronósticos de la misma, que oscilan entre – 10 y -20% de superficie. Como contrapartida se espera un aumento del área de soja, girasol y sorgo.

Momento complicado, a la espera de lluvias para tomar decisiones.

NEGOCIO AGRÍCOLA

La pregunta que todos queremos responder es si los granos llegaron a un piso de precios a nivel internacional, y todavía no hay una opinión unánime. Hubo varios datos positivos en este aspecto. La esperada baja de tasa de la FED, el último informe del USDA con algunos recortes de stock y además los fondos comenzando a salir de una posición vendida récord. Estas tres noticias encadenadas en casi en una semana, hicieron rebotar los precios internacionales, poniendo una luz de esperanza, como entendiendo que lo peor ya pasó. La duda se plantea en que la reacción de los precios, si bien las hubo y fueron positivas, fueron inferiores a las que el mercado esperaba.

En lo opuesto, las proyecciones de las producciones mundiales y los aumentos de stocks (fundamentals) siguen siendo bajistas. Comienza la cosecha de EEUU de soja (6% de avance) y maíz (10% de avance), en teoría con rendimientos récord, lo cual también es bajista para el mercado. Comenzará a traccionar este mes el mercado climático sudamericano, que aportará mayor volatilidad. Los conflictos bélicos existentes, por el momento, no han tenido mayor impacto en el mercado. Se comienza a especular que si no gana Donald Trump en las elecciones de noviembre, este dato sería alcista para el mercado, dado que no empeoraría la relación actual entre EEUU y China.

Mientras tanto, el mercado local tanto por sus distorsiones actuales (dólar blend, crawling peg y dólar futuro) como por algunas expectativas económicas futuras, se mantiene divorciado  del mercado internacional. Con precios en posiciones disponible y de cosecha por encima del precio de paridad (precio teórico máximo a pagar por los compradores). Hay que mencionar que si el mercado internacional no sube o lateraliza sus precios y se achica la brecha cambiaria o bajan los dólares financieros, observaremos más bajas en las cotizaciones locales.

BUENAS NOTICIAS

La empresa Rizobacter inauguró en en parque Industrial de Pergamino una planta donde invirtió 10 M U$S para la producción de productos biológicos 

https://www.lanacion.com.ar/economia/campo/una-empresa-del-agro-invierte-us10-millones-en-una-planta-para-producir-insumos-biologicos-nid20092024/

NEGOCIO GANADERO

La ganadería se mueve con pasos lentos. Los precios con pocas variaciones. Novillos y novillitos en los 2000 a 2200 $/kilo, vaca gorda en 1600 a 1700 $/kilo, vaquillona preñada en los 900.000$. Todo bastante parecido al último mes. La oferta de carne se sostiene en valores altos (la faena no cae) y aumenta algo la salida de los feed lots en este mes, con lo cual este parámetro se sostendrá. Estos niveles de oferta hoy se potencian un poco por el 48% de hembras en la faena que, si bien no es demasiado alto, al menos marca que no aparece todavía una fase de retención. El destino sigue equilibrado, con un 70% para consumo interno y un 30% para la exportación. 

El mercado interno empieza a dar tibias señales de recuperación, con un consumo que este mes habría vuelto a los 50 kilos/habitante por año. Aunque al consumidor argentino se le haga cuesta arriba todavía, si se mide en valores históricos la carne está barata. Pero con salarios que recién empiezan a superar la inflación, la recuperación será lenta. Como ejemplo, hoy con un sueldo mínimo se compran algo menos de 40 kilos de carne, cuando históricamente se llegaron a comprar hasta 60 kilos. Pero repetimos, es más un problema de los bajos salarios de que la carne esté cara. Y no olvidar que las otras carnes también suman, con el pollo en 50 kilos/habitante y el cerdo en casi 20 kilos/habitante. 

La exportación, si bien está muy activa, empieza a dar señales de que los menores precios internacionales, y cierto atraso en el tipo de cambio, están podando fuerte la rentabilidad. Seguramente termine el año con unas 900.000 toneladas exportadas, un muy buen volumen, pero por debajo de lo posible. De ese total de toneladas, el 75% irá a China, marcando la alta dependencia de ese mercado en cortes de menor valor. Si se expresa en dólares, China no supera el 55% del total como destino y crecen en importancia otros destinos como la Unión Europea (16% del total en dólares). Nuestro principal competidor es Brasil, muy activo y con un precio en gancho un 30% menor al nuestro. Y con mucha menor dependencia del mercado chino. La duda sobre Brasil aparece relacionada a la restricción que la Unión Europea establece respecto a no comprar carne que venga de campos deforestados de 2020 en adelante. No está claro el impacto, pero todo indica que habrá ruidos por esta medida. 

Qué buen momento sería para que el gobierno lleve los derechos de exportación a cero para todas las carnes y no sólo para cierta categoría de vacas. El impacto de corto plazo no sería muy alto (retenciones no deben aportar más de 200 a 250 millones de dólares al año por la carne), y se daría mayor competitividad a la cadena, estimulando inversiones, retención de vientres y al final más volumen exportado.

NEGOCIO LECHERO 

En agosto el precio de la leche Siglea fue de 418,74 $/litro (5762,74 $/kilo de sólido), lo que representa un aumento de sólo un 2,4% respecto al mes anterior y un 274% respecto a un año atrás. Todavía por arriba del índice de inflación y de muchos costos de producción. Y si bien el dólar oficial está levemente atrasado, el precio en esa moneda sigue siendo de 0,43 u$s/litro, valor alto en términos históricos. La producción repuntó un 5,5% en litros comparado con el mes anterior, pero comparando el período enero-agosto de 2024 versus mismo período 2023, se produjo un 11% menos. Esa leche que no está en el mercado sostiene activa la demanda de la industria. 

Sigue la disputa por el rol del Siglea. La industria, o parte de ella, lo quiere posicionar como un indicador estadístico solamente. Las Pymes industriales lo defienden como un indicador que sirve de referencia en las negociaciones y como un valor para dar transparencia. En definitiva, todos valoran que exista, pero no hay acuerdo si debe o no ser referencia para definir precios (el clásico Siglea más tanto). Los criterios para definir las bonificaciones y el precio final (calidad, volumen, sanidad, permanencia, logística, regularidad de entrega) siempre están, pero el Siglea ha logrado sintetizar de algún modo una pizarra. Quizás no perfecta, pero referencia al fin. Todavía es un tema abierto. 

A nivel productivo, la primavera demora en llegar, con varias zonas escasas de lluvias y con temperaturas todavía relativamente bajas. Se espera cierta recuperación para octubre, y será esta la principal variable que defina los litros en oferta y la estructura de costos de alimentación en los tambos. La exportación sigue siendo el destino del 25% al 30% de la leche producida en nuestro país. A nivel internacional, el precio de referencia de la leche en polvo entera está sostenido en los 3450 u$s/tonelada y la demanda está activa, ofreciendo oportunidades para nuestro país. Si bien hay incomodidad por el atraso cambiario, al eliminarse los derechos de exportación a los lácteos y no haber más cupos, se pueden sostener los volúmenes exportados, con Brasil y Argelia como principales destinos.