APUNTES PARA EMPRESAS – JUNIO 2025

EVIDENCIA

El autor Enrique Santos Discépolo, autor y compositor, tenía un personaje radial que en un monólogo decía: “Mirá, yo puedo negar todo. Vos podés negar todo. Todos podemos negar todo. Pero hay algo que no se puede negar: la evidencia. La evidencia es lo que está ahí, la que te hace señas para que la veas, la que te grita para que la oigas. Claro que si vos cerrás los ojos, y cerrás los oídos, ni escuchás ni ves nada. ¡No ves, no escuchás…pero la evidencia sigue!”.

Nos parece que refleja bien la definición de fanatismo. No importa lo que pase, no importan los hechos, sólo imagino que la realidad es lo que fantasean mi ideología o mis deseos. Aplica a cualquier ámbito de la vida esta definición de fanatismo. Es no poder, o no querer, ver la evidencia. 

Lo ocurrido en estos días con la ex presidenta condenada por corrupción, tiene muchos de esos rasgos en sus seguidores, que seguramente el paso del tiempo irá clarificando en perspectiva histórica. Los libros hablarán de los hechos y luego vendrán las interpretaciones. Del mismo modo, determinadas definiciones del presidente o de algún ministro sobre “la realidad” no admiten que los retruquen, no permiten la flexibilidad de la duda, sólo hay un lado correcto de las cosas. Y a muchos de sus seguidores les parece bien. Existen numerosos ejemplos en nuestro país, y no tan lejanos en el tiempo, de cómo muchos que declararon verdades absolutas luego terminaron reculando en chancletas. Tener convicciones y sostener coherencia son elementos clave para llevar adelante proyectos, pero entre eso y la negación o la obsecuencia, la distancia es mínima. 

Nuestro mundo es el de las empresas. Y ahí debemos estar alertas para que los liderazgos no se contaminen de fanatismos. Necesitamos líderes con talento y convicción, pero con escucha y capacidad de frenar y cambiar si hace falta. Sin ponerse colorados. Sabiendo que negar la evidencia puede ser cómodo en el corto plazo, pero a la larga asegura el fracaso. 

Depende de nosotros aceptar que tenemos que hacer un país mejor. Sin mirar para otro lado. En estos días se recuerda a Manuel Belgrano, una de cuyas frases más conocidas es la que decía “un pueblo culto nunca puede ser esclavizado”. Podríamos extenderlo a que tampoco puede ser fanatizado. Es por ahí.

UN MUNDO EN GUERRA

El mundo es un polvorín, señales preocupantes, mucho dolor y violencia. La invasión de Rusia a Ucrania sigue en una lucha que parece entre desiguales, pero Ucrania (con ayuda internacional) se defiende y da pelea. Y en el caso de Israel, luego del brutal ataque del 7 de octubre de 2023, ha salido a defenderse, atacando. Son muchos frentes (Hamas, Hezbollah, Utíes, Irán). Sin duda, la madre de estas batallas es con Irán, que hoy está en pleno apogeo, con EEUU ya involucrado en forma directa. A diferencia de otras guerras, esta no parece tener motivos comerciales, sino que tiene algo de religioso y de reconocimiento al rival. Los enemigos de Israel han definido que ese pueblo no tiene derecho a existir, por motivos históricos y religiosos. Han aplicado muchos recursos durante años para generar una estructura que les permita dar un golpe letal. Pero Israel ha decidido, y se ha preparado, para no ser un espectador pasivo a las agresiones. La gota que rebalsó el vaso, aparentemente, es la real posibilidad de que Irán tuviera una bomba atómica. Y ante eso, en un increíble uso de los organismos de inteligencia, atacó numerosos blancos de jerarcas, científicos, bases lanzamisiles y aviones. Irán respondió enviando misiles a las ciudades. Por supuesto que todo esto afectará el valor de los commodities. Pero hoy pareciera que ese es el menor de los problemas. Cuando explota un polvorín, no separa a los buenos de los malos. Todos la pasan mal.

LA MACRO EN LA MICRO 

Inflación del 1,5% y superávit fiscal todos los meses. Una parte de los cimientos de la macro se consolidan. Algunos indicadores como empleo y consumo no brillan todavía, pero tiene sentido dado el brutal cambio de orientación de la macro. El consumo alto no siempre indica la robustez de un programa económico, sino que a veces marca la urgencia por huir de los pesos y del ahorro. Lo de la caída del empleo registrado en gran parte ha sido reemplazado por monotributo. No sabemos si es coyuntura o tendencia todavía, pero asumimos que el gobierno sabe que el éxito o fracaso de cualquier programa está asociado a que las personas tengan empleos y ocupaciones dignas y razonablemente remuneradas. Si no, no hay mañana. La duda, y la preocupación, es que si “todo va según el plan”, ¿por qué el riesgo país se estacionó entre los 650 y los 700 puntos? Algunas explicaciones que se nos ocurren, incompletas seguramente, pueden ser: 1- el superávit en parte está basado en sostener impuestos distorsivos (retenciones) 2- el superávit se logra sin inversión en obra pública (insostenible en el tiempo) 3- la acumulación de reservas del Banco Central se logra con deuda y no con compra genuina de dólares 4- relacionado con el punto anterior, posible incumplimiento de las metas acordadas con el FMI respecto a acumulación de reservas netas 5- riesgo político, asociado a que el resultado electoral sea adverso al gobierno y a un Congreso que aprueba proyectos de aumento del gasto sin tener los recursos 6- nuestro historial como incumplidores seriales “exige” más tiempo con buena conducta económica.

Como sea, falta mucho para ser un país creíble. Fueron muchos años de dispendio, de un Estado que gastó muy por arriba de sus ingresos. Ordenar la macro no resuelve todo, pero es condición necesaria para marcar de nuevo la cancha y las reglas del juego. Por supuesto que, sin inversión, sin exportaciones sostenidas, sin sostener racionalidad en el gasto, sin seguir eliminando trabas y burocracia, todo será más complicado de lograr.

Este escenario macro obviamente pega en la micro. Con inflación a la baja y pocos pesos en el mercado, van subiendo las tasas de interés de los créditos, en pesos y en dólares. Se generan oportunidades de descuentos interesantes para la compra de insumos en general, al contado o con financiamiento. No hay expectativa de faltantes, lo que quita presión a la compra. Las ventas de granos se empiezan a decidir por precio y no por ser el grano un refugio dolarizado. El excedente temporal de pesos, por ejemplo generado en tambo o en ganadería, no quema en las manos. Se hacen inversiones financieras cortas y se espera el momento para gastarlos o invertirlos. 

El gobierno apuesta, con criterio, a que haya una “explosión” de actividad (y de dólares) por el sector petrolero y minero. Bienvenidas sean. ¿Y el agro? Sin ponernos en víctimas, todo el manoseo con el tema retenciones, que las bajo, que las subo, todo por unos meses, no genera el estímulo correcto. Si se eliminan, en dos o tres años se vería un impacto tremendo en exportaciones, en generación de empleo, en federalizar la recaudación. Tomar decisiones y gobernar, es priorizar. Equilibrio fiscal y balanza comercial, dos patas que sostienen la economía. Y el agro tiene mucho para aportar ahí. Ya es hora que lo vean.

BAJA TEMPORAL DE LAS RETENCIONES

El 30 de junio próximo finaliza la baja temporal de las retenciones y por el momento no existen señales concretas de que las mismas podrían prorrogarse, como se hizo con el trigo. La baja temporal tenía dos objetivos concretos. Uno de ellos era disminuir la carga impositiva sobre la producción agrícola que, ante la baja internacional de precios y el impacto de la sequía de ese momento, llevaba a las distintas producciones a la zona de quebranto. La otra era incentivar a los productores a realizar ventas tanto de la mercadería retenida de la campaña pasada como la mercadería por venir, con la idea de aumentar las reservas. Combinado con la eliminación del dólar blend, la salida del cepo y la banda de flotación del dólar oficial, podemos discutir cuál era el objetivo principal y cuál el secundario. La norma incluía un adicional, nada menor, que los exportadores deberían liquidar al menos el 95% de las divisas obtenidas por la exportación dentro de los quince días hábiles posteriores a la presentación de la declaración jurada de venta al exterior (DJVE). El Gobierno pensaba que la baja temporal de retenciones, combinado con las medidas económicas mencionadas y sumado a la obligación de liquidar en quince días las DJVE, sería un combo muy atractivo para que el productor y los exportadores anticipen sus ventas y así acumular reservas.

Si bien existen distintas opiniones sobre si se aceleraron ventas, no se observó un impacto diferencial comparado con otras campañas. Quizás porque la cosecha se fue retrasando por problemas climáticos, quizás porque los productores pensaron que la baja “temporal” no sería temporal o se extendería como en el trigo. O cualquier otra explicación.

Lo concreto es que, desde nuestro punto de vista, no se logró hasta el momento el objetivo. Y si bien el gobierno siempre aclaró que eran bajas temporales y que dependía del equilibrio fiscal el poder mantenerlas, este “experimento” tiene y tendrá efectos colaterales entre los distintos actores de la cadena agrícola. Los productores y exportadores requieren para su negocio previsibilidad de normas y reglas . También entendemos que las necesidades del gobierno difieren en tiempo y velocidad con los distintos ciclos y esquemas de razonamiento agropecuarios, pero las temporalidades no ayudan.

SE VIENE UN JULIO CARGADO

Sin dudas el mes de julio a nivel internacional y nacional tiene, quizá como nunca, una posible combinación de factores con alto impacto en el negocio, sin poder predecir la magnitud y la duración de los mismos.

Con lo cual julio será un mes donde pueden existir variaciones en las cotizaciones de insumos y granos, sin poder predecir magnitud ni duración de las mismas.

EN QUÉ ANDAN LAS EMPRESAS

Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, a nivel nacional se lleva cosechado el 96% de la soja, el 50% del maíz y el 62% del sorgo. Y se lleva sembrado el 60% del trigo. Por supuesto que estos porcentajes serán distintos por zona, pero podemos decir que estamos casi terminando la campaña y ya comenzando la nueva.

El debate sobre las decisiones a tomar dentro de las empresas es intenso. Veamos algunos puntos de partida. La relación insumo-producto desmejora en fertilizantes y en aquellos costos y servicios pesificados (gasoil, fletes, etc.) y mejora en insumos como agroquímicos. Es decir, el poder de compra con granos es mayor solo en el rubro insumos. Salvo para maíz y girasol, la estimación de rentabilidad de la nueva campaña en general no es alentadora . Esto quiere decir que el Excel tiende a cero o levemente positivo (dependiendo de zona y paleta de cultivos). La caja de la empresa en este momento se tiene que hacer, por precio, con venta de maíz (si poseo), aunque todavía resta cosechar el 50%. Vender soja trae incertidumbre por el tema de la baja temporal de retenciones, con lo cual se vende sólo lo necesario. Se ve claramente en planteos mixtos que la ganadería “empuja” la caja y permite postergar decisiones de venta de granos. A su vez, muchas empresas, con el nuevo escenario económico cambiaron la modalidad de compra de insumos a “lo que necesito”, estrategia que la última semana se vio afectada por el cierre de ventas de fertilizante en plena siembra de trigo.

Y entonces ¿qué hacer ante tanta incertidumbre? Para comenzar decir que no hay recetas únicas ni magistrales, con lo cual desconfiar de recomendaciones generalistas o pronósticos tremendistas. Ser flexible en las decisiones, no dogmático, tener la capacidad de cambiar rápido decisiones que hoy parecen muy lógicas. Poner los huevos en distintas canastas, esto quiere decir que las decisiones que se tomen no sean por el 100% de nada o muy “jugadas” (venta de granos, compra de insumos etc.). Analizar, pensar y decidir, en forma reiterada y quizá más que otros años. Asesorarse, compartir con pares, asistir a foros o eventos específicos de la problemática. No hay mucha ciencia, sólo hacer lo que la mayoría de las empresas hacen, quizá con algo más de frecuencia e intensidad. Lo que sabemos que hacen los productores: casco, pico y pala, y por supuesto algo de suerte. El año pinta complejo.

NEGOCIO AGRÍCOLA

Ya mencionamos en otras partes de estos Apuntes (Se viene un julio cargado) los distintos escenarios posibles que podrían incidir en el mercado internacional. Pareciera que luego del bombardeo de Israel a Irán y la noticia del EPA de aumento en los cortes de biocombustibles, el mercado modificó cotizaciones, pero en forma menor que las que esperaban los operadores. 

Se observó además una sincronía entre la variación del precio petróleo y la variación de la cotización del trigo, sincronía poco frecuente.

El mercado local está divorciado del internacional y muy condicionado por la finalización o no de la baja temporal de las retenciones. La recomendación sería coberturas con opciones en la mayoría de los granos con porcentajes bajos a medios, salvo el maíz local donde parece razonable fijar precios actuales y futuros por porcentajes medios a altos. Muchas veces estas recomendaciones son difíciles de lograr dada la falta de liquidez de opciones del mercado local.

NEGOCIO GANADERO

Ya hace unos meses se nota claramente el aumento de la demanda de carne en el mundo, con un consiguiente aumento de los precios. Un escenario inmejorable para los países exportadores de carne, en especial Brasil y Australia que lo están aprovechando a full. La exportación de nuestro país ha venido perdiendo peso relativo como destino respecto al consumo interno, pero esta suba de precios puede dar vuelta el escenario. Porque ahora “todos estamos caros”. En el caso argentino, el alto valor de la hacienda en dólares, sumado a un tipo de cambio no demasiado favorable, hizo que el último año se transformara en un mal negocio. O al menos en un peor negocio que el mercado interno. Eso puede empezar a cambiar en los próximos meses. Los consumidores argentinos han absorbido el excedente de carne volcado, arañando de nuevo un consumo de 50 kilos/habitante/año. Pero no hay mucho resto para absorber mucho más de estos valores. Por eso la importancia de no perder salidas al mundo con un producto tan reconocido. Porque el total faenado seguramente no cambie demasiado este año y un balance de destinos es clave para el mediano plazo. Novillos en el orden de los 3400 $/kg (algo más en novillitos) representan un aumento parecido al 50% respecto a un año atrás, superior a la inflación. Las vacas con precios algo más rezagados, fruto en parte de la menor capacidad de ofrecer precios que hoy muestra China. Terneros arriba de los 4000 $/kilo, con corrales de engorde que se van llenando sin pausa. Vaquillas preñadas, algo variable según raza y calidad, en el orden de $1.400.000. La ganadería, con estos precios, tiene una muy buena relación insumo/producto respecto a sus variables de producción. Esto genera rentabilidad positiva, pero muy asociada a planteos de alta eficiencia productiva y de maximización en el uso de los recursos. Y, en el caso de campos alquilados en cría, el margen es muy ajustado. Hoy hay que pedirle todo a la eficiencia y esperar poco de una ayuda inesperada del mercado. Incluso es posible que en el segundo semestre no se vean aumentos de precios relevantes. Hace unos días se eliminó una restricción que era el peso mínimo de faena, lo que parece una medida correcta porque restringía libertad, pero además no se aplicaba. La ganadería está viva, pero en alerta, y volviendo a priorizar los índices productivos como anticuerpos que permitan sostener la salud del negocio.

NEGOCIO LECHERO 

En mayo el precio de la leche Siglea fue de 467,92 $/litro (6317 $/kilo de sólido). El valor del litro creció un 20,5% interanual y un 1,5% en el mes. Medido en sólidos el aumento anual fue similar pero el último mes fue de 2,8%. En dólares da 0,39 u$s/litro. Ya hace unos meses que el precio sube por debajo de la inflación y se va deteriorando en términos reales. Sin embargo, el precio sigue siendo razonable y asociado a una relación insumo/producto favorable en varios costos, la rentabilidad sigue siendo positiva.Y es importante destacar que han sido varios meses positivos, permitiendo recomponer reservas, acomodar deudas, actualizar inversiones y prepararse para una foto que puede empezar a desdibujarse un poco. En general se han podido hacer buenas reservas de silaje y en muchas regiones el otoño húmedo y poco frío ha colaborado en los planteos de base pastoril. Sin embargo, hay muchas regiones (en particular parte del oeste bonaerense) que tuvieron inundaciones y que van a seguir con mucha agua los próximos meses. Esto obliga a sobrecostos de alimentación pero también de alteo y arreglo de caminos internos y vecinales (la falta de mantenimiento se ve en las malas). Por lo tanto, al decir que la renta es positiva hay que aclarar que el promedio es positivo pero que hay varios pasándola mal. A nivel país, la producción de leche viene aumentando a un ritmo anualizado del 12%. Esto se logra a pesar de seguir el cierre de tambos chicos, pero al absorber esas vacas por tambos más grandes, el stock no cae. El mercado interno se sigue recuperando y según índices de OCLA medido en equivalentes por litro pasó de 170 a 194 litros/habitante/año. Al igual que pasa con la carne, la menor cantidad de leche exportada fue absorbida por el mercado interno pero también eso le pone un techo a los precios. El consumo de leche fluída subió un 14% en el año y los quesos un 11%. La exportación, en forma interanual, cayó un 6%, manteniendo los destinos clásicos de Brasil, Argelia, China y Chile. El mundo con un precio arriba de los 4000 u$s/ton de leche en polvo, sigue siendo atractivo..

Una mención especial para el drama que sigue sucediendo en Lácteos Vidal luego de su conflicto con el gremio ATILRA. Un juez dictó un embargo millonario a la empresa en concepto de multas por no haber reincorporado a empleados despedidos. Sin conocer los detalles, este tipo de acciones, con estos montos involucrados, no sólo afectan a esta empresa sino que desalientan a futuros inversores a entrar en el negocio.

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